No me juzgues desde tu sillón


Me miras de lejos de arriba a abajo una y otra vez, con lentes de lunas gruesas sentada en un sillón, mi pasado y yo estamos expuesto ante ti y tú solo atinas a murmurar todos los errores que he cometido, aquellos errores de los que no me arrepiento y que puedo defender porque sé que es por ellos que ahora soy como soy.

Soy mis vivencias, todo lo que he vivido es el resultado de la persona que soy, no necesito que me juzgues y me critiques, porque no habrá juez más inquisidor que mi propia conciencia, tal vez resulte más sencillo emitir una veredicto desde tu posición sin saber los por qué, pero soy yo quien ha escrito la historia de mi vida y nunca quise poner un narrador omnisciente en tercera persona y menos aún, que ese narrador seas tú.

Quizás creas ser la dueña de la verdad y quizás tu apariencia perfecta te dé la autoridad de determinar lo bueno y malo, pero no creas que no se discernir entre ambos -lo sé- ahora lo sé y si te tengo que explicar las razones de mis equivocaciones para que me entiendas, no lo haré.

Desde donde estas es fácil opinar ya que no puedo verte como tú a mí, la verdad es que tampoco quiero hacerlo y jamás actuaría como tú, usando tus demonios para ponerlos en tu contra. No voy a librar una batalla interna y a castigarme porque lo que tú creas, ya pase esa etapa y si estoy aquí, ahora parada frente a ti es porque sé bien que no tengo que defenderme de ti.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Elvia

Mirar adentro

Friendly reminder