Mirar adentro

A veces hay  momentos en los que no puedes escuchar el ruido de la calle porque es tanto el  ruido  que hay dentro, que es difícil percibir ambos sonidos. Entonces existen dos opciones, o sales y escuchas al mundo, o te quedas dentro intentando convertir todos los sonidos en una sinfonía que te acompañe en cada paso como música de fondo. 

Yo diría que lo bueno de quedarse dentro es que eventualmente, si lo intentas, podrás convertir el sonido en sinfonía, que por el contrario, con el ruido de afuera no podrás hacer nada, más que aprender a escucharlo. En ambos casos, podrás cambiar la forma de escuchar pero el ruido nunca se irá.

A veces  es difícil entender  tantas cosas al  mismo tiempo, sobre todo si ya has abierto tus ojos a un mundo que va más allá de lo que puedes ver. El mundo esta lleno de tanta gente que va de un lado a otro, que hace tantas cosas, esta lleno de cosas materiales, de  muchas ideas, de muchos sentimientos. El mundo esta tan lleno de todo que a veces siento que  no hay  espacio  para más cosas por hacer, por pensar, por sentir. Más allá de este mundo que nos rodea, hay un  mundo igual o aún  más complejo, dentro de cada persona, que al igual, esta lleno de tantas cosas que pareciera que no hay espacio para más. Sin embargo creo que lo que necesitamos no es más, sino menos, cada vez menos, y si fuera posible necesitar nada de afuera tal vez habríamos encontrado la clave. Pero cómo podemos desligarnos de lo que nos rodea y olvidar que tal  vez somos parte de algo que es mucho más grande que nosotros mismos. No lo sé. Creo en  lo  particular que fuera  de mi ser no  puedo encontrar respuestas a  dudas  que están en  mí, no puedo encontrar el silencio que a veces anhelo, que afuera solo hay  mucho ruido, mucha  presión, y que mi mente y mi alma solo quieren un poco de calma y quietud.

Hace días que siento que hay algo que me acompaña, no sé qué, tal vez sea que siento que debería estar en un punto en el que no estoy, debería ser de una forma de la que no soy, debería actuar  de una forma  en  la que  no actúo y más cosas que debería y  no están pasando. Y no entiendo de donde viene todo eso, tal vez es el ruido que entra por mis orejas y a pesar que sé a donde quiero ir, me susurra no, eso que quieres no es suficiente, eso que eres no es suficiente. Y es que no quiero mucho de esta vida más que ser feliz, y ser feliz, no se consigue con dinero, ni con títulos, ni con una casa, ni con un buen trabajo. Yo solo quiero sentarme por las tardes en mi casa y sentir que no hay nada mejor que disfrutar quien soy. Eso es lo que quiero de esta vida, y tal vez pareciera poco, pero es lo que más anhelo para mí.

Escribiendo estas líneas y después de hablar con barbas me doy cuenta que aunque el ruido siempre esta afuera y forma parte de la vida, lo que resuena más intensamente es mi propia voz. Querer paz conmigo misma no es solo un cliché que suene bien, es ser noble conmigo, y aunque lo intento, a veces siempre vuelven esas formas que trato de erradicar, el decirme que nada es suficiente, ni que yo misma lo soy, son frases conocidas, pero no son frases que me gustan. No sé, a veces simplemente es difícil. Y ni entiendo porque vuelven esas ideas, supongo que siempre me acompañaran aunque no siempre tendré que  notar que están ahí.

En fin, eso es lo que amo de escribir, me ayuda a aclararme, es como hablar conmigo misma y ver dentro. Y, no hay nada más complejo que ver dentro, porque siendo tu propio mundo a veces te sientes un extraño, pero vale la pena los momentos que me tomo  para mí, porque siempre que veo dentro de mi, descubro un poquito más de quien soy, y aunque a veces no sea quien espero ser, ver dentro me permite saber que sea quien sea en ese momento vale la pena el camino recorrido. Y aunque las mismas  formas vuelvan, yo no soy la misma.

Ahora el sonido dentro de mí es más fuerte y casi puedo escuchar una melodía que tal vez no es perfecta pero es mía.


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