Mi hermano
Puedo
escucharlo desde mi habitación, esta echado en la puerta y casi puedo
sincronizar mi respiración con la suya. Estoy casi dormida pero pienso en que
soy muy afortunada en tener un hermano, pienso que es lo más cercana que he
tenido a uno verdadero, y probablemente sea mejor a tener uno de verdad.
Él me
quiere y yo lo quiero mucho, no sé qué tanto sea cierto de que los animales no
sienten, pero lo que sí sé, es que no puede haber nada negativo en mi hermano. Lo
veo dormido y se ve tan indefenso, es tan tierno, hasta puedo saber que esta
soñando por los sonidos que hace -me da risa- me pregunto qué pasará por esa
cabeza.
Suele
jugar solo, yendo de un lugar a otro, se
emociona como si estuviera jugando con alguien más, también se queda en la casa
solo y camina de un lado a otro o sino, la pasa echado en el mueble de tres
espacios. Cuando hay alguien en la casa, siempre le gusta estar al lado o estirar
su cuerpo de forma que se puede apreciar lo grande que es, echado con la panza
arriba se mueve de un lado a otro, agarra su hocico y siempre decimos ¡Qué engreído eres Pietro! Y ciertamente lo es, porque siempre hacemos
lo que quiere, le pasamos el pie por la pancita y le decimos lo hermoso que es.
Él
siempre quiere jugar y aunque puede resultar algo molestoso, cuando se escapa a
pasear por el parque y demora más de una hora siempre nos preocupa y no
tardamos en salir a buscarlo. No puedo evitar ponerme triste de solo pensar que
le pasaría algo malo, me gusta tenerlo acá, echado en la puerta o en mi cuarto, medio dormido o completamente enloquecido. Lo queremos aunque a veces nos haga
renegar, aunque mi abuela diga que no lo quiere, la he escuchado cuando le dice
hijo y mi mamá lo quiere tanto que está dispuesta a defenderlo de quien sea, lo
ha demostrado, aunque no debería haber pasado.
Ya
quiero dormirme y antes de que lo haga le digo ¡Ven hermano!, se levanta y se
acerca me mira y se echa al lado de mi cama y me duermo por completo.
Pietro echado al lado de mi cama.
Comentarios
Publicar un comentario