Gustitos de media tarde

Estoy en la oficina, a cierta hora de la tarde todos comienzan a comer, hay quienes comen un postre como una torta de chocolate o unos alfajores, que vende un señor en la puerta de la empresa y que son muy dulces y ricos; otros comen fruta, toman gaseosas, comen papitas, cheese tris, galletas, una taza de chocolate y crema. No importa que sea pero todos comen y comen, todos los días, siempre por las tardes.

Hace un tiempo, antes de cambiarme de trabajo, no recuerdo comer a media mañana o media tarde, tal vez si lo hacía, pero no es un recuerdo claro en mis hábitos de comer. Actualmente, si me he acostumbrado a comer a media mañana y media tarde porque el libro que leí, sugería que comer 5 veces al día mantiene el fuego del metabolismo, también reduce el apetito, de forma que, no llegas hambriento a la siguiente comida. A mi me ha funcionado muy bien seguir los consejos del libro, y así como en el libro, he visto esa recomendación de varias personas que están dedicadas al tema de la nutrición. Yo suelo comer a media mañana una fruta dulce, como un plátano, y acompañarlo con 30 gr de almendras, es una de mis combinaciones favoritas. Y por las tardes, puede ser una fruta también, o si planifiqué bien, claras de huevo o alguna proteína. Comer proteína por la tarde me mantiene llena hasta la hora de la cena y de cierta forma, me baja el antojo de dulce. A veces creo que debería de cambiar el orden, y comer por las mañana la proteína y por las tardes la fruta, que es más dulcesita, y que suele ser en las tardes en las que uno tiene antojo de dulce.

En un día normal, comería lo que me he organizado, que suele ser comida que he preparado, frutas, frutos secos y mis claras de huevo. Evito comer cosas procesadas, como galletas, snacks, yogures, gaseosa, bebidas azucaradas y demás, porque de verdad siento que no las necesito en mi cuerpo, me siento bien comiendo saludable, me siento tranquila, en equilibrio, con una sensación de ligereza. Eso es lo que he aprendido en estos meses, en los que he cambiado mis hábitos de alimentación, pero mucho más que hábitos alimenticios, lo que ha cambiado verdaderamente en mí, es saber que la comida no es solo lo que comemos, sino que los alimentos que ingerimos tienen un impacto en nuestro cuerpo, del cual no somos plenamente conscientes, y que a veces no prestamos la suficiente atención a cómo no sentimos con cada comida.Creo que aunque he empezado a tener mayor interés en todo lo relacionado a la nutrición, aún estoy muy lejos de entenderlo por completo porque hay información tan variada, y a veces, confusa. Pero a pesar de ello, me fascina todo lo que sucede al momento de alimentarnos,  me gustaría aprender más de las proteínas, carbohidratos, grasas, de las hormonas, de los órganos como el páncreas, el hígado, y todo lo que influye en nuestro cuerpo al momento de alimentarnos. Pero creo que la alimentación no es sólo un factor físico, que responda a procesos químicos, sino que también esta íntimamente ligada a los pensamientos o sentimientos, y esa parte es tan importante, o más, que solo el tema físico. Y lo sé, no sólo por mi experiencia, y mi apertura estos últimos meses, sino que, al descubrirlo en mi misma, me he dado cuenta también en el comportamiento de las personas,y ahora, es como si se hubieran abierto mis ojos, y pudiera percibir más de lo evidente.

Las personas muchas veces creemos que somos únicas e incomparables, pero creo que son cuestiones del ego de cada uno pensar de esa forma, porque si observas con atención, si hablas con más personas, si compartes momentos con otros, verás que a varias personas les puede pasar exactamente lo mismo, como si fueran una replica, pero hay que tener los ojos abiertos para poder darse cuenta. Recuerdo haberme visto reflejada en una persona mientras comía una torta de chocolate. Trajeron la torta, la pusieron en la mesa, eramos 4 personas sentadas alrededor, la persona que pidió la torta comenzó a comer, pero de una forma apurada, como si al comer la torta calmará algo dentro de ella, pero no comía feliz, comía con prisa, y no había apuro evidente, era un almuerzo casual. Se estaba comiendo el postre antes del plato de fondo, y no es que crea que se deba seguir un orden inamovible , pero el apuro y la desesperación al comer, como si la torta estuviera calmando sus preocupaciones, hizo que me viera en ella. Me dije a mí misma: "algo le debe estar preocupando", trate de preguntar sin hacer mucho escrutinio, y algo de lo que me respondió me hizo darme cuenta que sí tenía algún tema que no la hacía sentir bien. Me di cuenta de eso porque yo me he sentido así, no una, sino muchas veces, y muchas veces se me ha antojado comer una torta de chocolate, unos alfajores, una galleta, muchos pancitos dulces, solo para calmar algo dentro de mí. A veces la comida, no solo sirve para alimentarnos, sino que la utilizamos para calmarnos, pero sé que nada que coma me hará sentir mejor, porque lo que pasa en mi cabeza no lo puede solucionar mi estómago.

Veo a las personas que están a mi lado, y siempre una que otra dice: "estoy estresado quiero un dulce", o "vamos a comer" y al sentarse a la mesa se devoran la comida en un dos por tres, sin disfrutarla, sin disfrutar la compañía o la conversación que se pueda tener con las personas alrededor. O algunas que comen muy poquito, y están picando alimentos procesados todo el día, o los que toman bebidas energizantes para soportar el día. Me pregunto si de verdad necesitamos toda esa comida de más, si de verdad somos conscientes de lo que estamos haciendo? o sólo estamos en piloto automático? o nos hemos acostumbrado a comer sin ningún sentido? Yo creo que no somos conscientes, hace unos meses yo decía que comer por ansiedad era algo que me había pasado desde el año pasado, a raíz de los problemas que suscitaron, pero viendo toda mi historia con detenimiento, yo siempre había tenido, en mayor o menor medida, una tendencia a comer para sentirme bien. El año pasado fue la gota que derramo el vaso, pero es un comportamiento que había tenido por años, y que no me hubiera dado cuenta sino hubiera alcanzado mi máxima capacidad de soportar el dolor de seguir así.

Tal vez se entiende que puedo pensar todo esto y no caer en lo mismo que veo en otros, pero no, me pasa exactamente lo mismo, tal vez no tome bebidas energizantes, o no coma poquito y muchas cosas procesadas, pero cuando algo pasa o tengo algún pensamiento negativo, siempre pienso en qué comer, y siempre es algo no saludable, que bueno sería si se me antojará una ensalada, pero ya sabrán que eso no pasa. No sé cuando tendré el control total de mis pensamientos y mi relación con la comida, pero lo que si sé es que estoy en el camino, que es difícil, que es sinuoso, que es doloroso, pero que al final habré avanzado más de lo que pensé, y tal vez, luego no sea tan pesado, y el camino se aligeré un poco.

Al fin de cuentas, el tema de la comida, no se trata en realidad de la comida, sino de los pensamientos, y tal vez no sea en todos en igual medida, pero poco a poco vamos haciendo las cosas de cierta forma y acostumbrándonos a ciertos hábitos que no siempre son los mejores. Pero debemos considerar, que solo tenemos un cuerpo y una vida, y creo que es mejor tomar consciencia para sentirnos felices, que vivir ciegos, en piloto automático, sin ahondar en aquello que nos da un poco de miedo.

Gracias por leerme, aunque tal vez mis ideas sean muy variadas =)



Comentarios

  1. Lourdes chiara, buen día desde Perú, dime de niña vivías en Perú en casa de tu padre los viernes venia tu abuela y aveces regresabas hasta el día siguiente, tu madre es sordomuda, tu signo es tauro sino me equivoco cumples años el 12 de abril y uno de tus primos que vivía en la casa de Perú se llama Miguel Contreras? Puedes responder si es cierto por favor, po otro lado si no es cierto olvidalo, gracias por la atención.

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  2. Hola! sí, solo que mi cumpleaños no es en esa fecha, los otros datos son correctos ;)

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