Bendito sea el cuerpo que habitamos

Voy caminando, siempre pensando en algo. Ya hace algunos días pensaba en la sabiduría y fuerza del cuerpo humano. No sé si todos se detienen a pensar en ello, pero para mí es absolutamente increíble.

Hace unos días comentaba con una compañera de trabajo, que creía que el cuerpo humano era un ente independiente a nuestro ser, y que a veces, incluso, se ponía en contra nuestra y que podría representar una batalla interna desgastante. Ella me comentó, que no lo veía así, sino que deberíamos alinearlos con él, de forma que seamos solo uno. En ese momento, le expliqué mis razones para creer en ello, desde mi experiencia personal, pero sentí que no lo hice de forma muy clara, y al terminar de conversar, pasó un pensamiento por mi cabeza, que me hacía dudar de lo que estaba pensando, porque sino lo supe explicar muy bien, tal vez mi argumento no era tan válido.

Pasaron  los días, casi al termino de la semana, y después de conversar con alguien más y pensarlo mejor, vino otro pensamiento a mi mente, ¿cómo puedo pensar que el cuerpo esta en mi contra?, si fue él quien me dijo no puedes más. En ese momento me di cuenta que, definitivamente, lo que había estado pensando se basaba en una parte de la historia, la que genera incomodidad, pero no en el resultado de esa incomodidad, que para mí, a pesar del dolor, había resultado la luz al final del camino.

Me gusta hablar de esto, porque es maravilloso tomar conciencia del cuerpo que poseemos, y no verlo como algo físico sino como algo, que aún no sé como describir, pero que sin pensar tanto diría que es ...... (aún no sé como describirlo). Hoy en día me doy cuenta de ello, de lo increíble que es el cuerpo, hace unos meses, o un año, nunca hubiera entendido esto si alguien me lo contaba, pero ahora, que me paso a mí, lo entiendo perfectamente, y estoy tan atenta que aprendo cada día más.

Todo empezó un poco menos de un año, un dolor comenzó por mis pies, me dolían día a día, al pasar las semanas, comenzó a dolerme un poco más, esta vez, no sólo en el pie, sino también, en la pierna derecha, el dolor siguió avanzando, algunos días se iba y volvía con más fuerza, yo no sabía que era, llegué a pensar que probablemente sería un virus que andaba en  Lima y que habían alertado en la prensa, que paralizaba las extremidades inferiores, sinceramente, yo no sentía parálisis, solo dolor incremental, cada día un poquito más. Un día cuando estaba de viaje, el dolor fue tan fuerte que me hizo llorar, y tuve que tomar una pastilla para poder bajar el dolor. De regreso de ese viaje, tomé cartas en el asunto y me fui a ver al doctor, me revisó, me mandó unas pruebas, nada de nada, no había evidencia de que tuviera algo fuera de lo normal o alguna enfermedad, insistí por más pruebas, vea si tengo colesterol, si mis venas están obstruidas, si hay algo más, algo más fuerte quizás, véame todo lo que sea necesario. Al final de los resultados, nada. Me frustré, qué podría ser?. El dolor siguió, ya no solo era el pie, la pierna, sino que ahora me dolía hasta el muslo derecho, justo en la unión de la cadera. Era molesto, siempre ahí presente, yo andaba moviendo mi pie para que me pasará, pero nada. Mi enamorado me daba masajes, me calmaba un poco, pero por la mañana seguía ahí. Ahora que lo pienso, en esos días andaba muy preocupada y triste por ese dolor, me preguntaba qué podría ser, buscaba en internet, encontrando resultados muy variados, pero nada que se alineará a mis síntomas.

En ese tiempo también, sin darme cuenta, había agarrado un hábito que me hacía muy infeliz, pero que lo hacía para sentirme bien, tenía atracones de comida, antes yo decía que comía mucho, pero la verdad es que no comía mucho, sino que tenía atracones de comida para sentirme bien, pero que al final me sentía peor. Una verdadera mierda. Sin decirle estos detalles al doctor, fue que sugerí que me hiciera los exámenes de colesterol, pensaba que tal vez sin querer ese hábito me había llevado a enfermarme, pero como salió negativos pensé que no era eso. Sin embargo, ya me había dado cuenta que no debía hacerlo más, porque me sentía mal y no quería sentir, a parte de los problemas que tenía, una sensación adicional de dolor. Lo evitaba, no quería hacerlo, unas semanas no pasaba, pero de pronto surgía un problema, y comía, a escondidas, sin que nadie me viera. No se lo decía a nadie, porque me daba vergüenza, recordando, me doy cuenta que no era muy consciente de lo que verdaderamente me pasaba, solo me sentía muy triste.

Tratando de superar esta situación, busqué un término en internet muy común, y que me he dado cuenta que todo mundo usa de forma frecuente " comer por ansiedad" cómo evitarlo?, salieron un montón de cosas, que comencé a leer todo lo que había ahí en el cyber espacio, pero no había nada que realmente me ayudará, hasta que vi un video en Youtube, una charla de un señor, que era bastante calmado, me transmitía confianza, lo estaba escuchando en horario de trabajo, mientras hacía algunas cosas, pero poco a poco a medida que iba hablando, me daba cuenta, que todo lo que mencionaba era exactamente lo que me pasaba, en ese momento creo que empezó todo, y que alivio que haya sido así. El video tenía dos partes, cada video duraba 1 hora, así que cuando termine de ver la primera parte, la volví a ver, y llegando a mi casa, después del trabajo, vi la segunda parte. Por primera vez sentí, que había encontrado algo, en ese momento al menos, sabía lo que me pasaba, pero eso no soluciona nada, y la verdad es que entender temas tan profundos no se solucionan con ver videos, pero era el inicio.

Ya hace unos meses entre que me dolía la pierna, me sentía triste, y tenía atracones de comida, me había propuesto perder unos kilos. Quería verme mejor, y pensaba que así, de esa forma, tal vez evitaría los atracones, y pasaría ese problema, que hasta el momento para mí, solo era comer por ansiedad. Y que era comer por ansiedad? lo que yo siento y lo que me pasa es que, tengo una preocupación, algo pasa, algún problema, o una situación no resuelta que me genera angustia, y automáticamente mi cuerpo piensa en comer, la verdad es que a veces ni lo quiero hacer, porque sé que después voy a sentirme peor, pero nada importa, mi cuerpo me domina y como. Cada vez que pasa, siento que he perdido una batalla, y ahora creo que todas esas veces que comí, acumule batallas perdidas, que me hicieron sentir que fallé, y claro, después de eso venía la auto tortura, de qué porque lo hice, no soy fuerte, fallaste de nuevo. Ahora que lo escribo es más fácil entenderlo, pero en ese momento era muy difícil para mí. Cada vez que empezaba una semana de cuidar mi comida, me daba cuenta que el dolor se iba, pasaban unos días y ya no me dolía la pierna, entonces volvía a caer, y el dolor volvía, tardé poco tiempo en darme cuenta que el dolor estaba relacionado con la comida. Entonces pensé, comer en exceso y comer comida no saludable no me cae bien, mi cuerpo lo rechaza. Y con ello, con mayor ahínco, trataba de seguir un régimen de comida saludable, pero siempre que pasaba algo, mi cuerpo me traicionaba, y comía, aunque con esa idea de que la comía me caía mal, evitaba a toda costa hacerlo, y había días que vencía y días que fallaba. 

Siempre me ha gustado leer, y cerca de mi trabajo hay una librería, mientras esperaba encontrarme con mi enamorado, entré como de costumbre, y comencé a ver los libros.Siempre suelo fijarme en los títulos, en la presentación del libro, en el detalle en la parte posterior del libro, si me llama la atención, busco en internet algunas reseñas y si me convence, lo compro, casi siempre hago lo mismo para elegir un libro. Hice lo mismo cuando compre un libro de una dieta que prometía bajar 10 kilos en 1 mes, no soy tan ingenua como para comprar ese cuento, pero las reseñas en internet eran positivas, nadie decía que había bajado 10k pero al menos habían bajado entre 3 a 5 kilos, recuerdo que pensé, no pierdo nada intentando, siempre que me he propuesto bajar lo he hecho con disciplina y he conseguido resultados, esta vez me estaba costando más porque tenía esos episodios, pero si seguía ese régimen por 28 días tal vez me iría bien, tal vez perdería unos kilos, pero mi verdadera intención era, tal vez así ya no tendría atracones. Compre el libro y no tarde mucho en abrirlo y darle una ojeada, lo terminé de leer en 10 días, y unos 5 más para prepararme con las compras y lista de alimentos que debía tener. El 04 de setiembre, empecé la dieta, justo un día antes había tenido un atracón de comida, me consolé pensando que sería el último, en 28 días no tendría ningún episodio así. Y así fue, el libro era bastante completo, explicaba de los alimentos, de los factores químicos del cuerpo, del por qué estaba estructurada la dieta de cierta manera, todo eso me dio confianza, no soy tan ingenua para seguir una dieta que veo que esta mal diseñada, y aunque tenía muchos temas que no conocía, me motivaba a investigar acerca de ello y fue el empuje que necesitaba. Por 28 días no tuve ningún atracón de comida, eso no quiere decir que no tuve ninguna preocupación, de hecho a mi vida, nunca le faltan los problemas, pero estaba completamente comprometida en cumplirlo, y todo fue positivo, comencé a ver como mi cuerpo iba cambiando, comencé a perder peso, cuando sentía angustia, me la aguantaba, me iba caminando rapidito, evitando los sitios en los que siempre comía, y al llegar a casa, sentía un alivio de haberlo logrado. Pasaron los 28 días, y había perdido 6 kilos, pero no solo eso, había podido alinearme al plan, superar mis pensamientos de angustia, y no me había dolido la pierna ni un solo día. Que alivio sentí, me sentí orgullosa de mí, me sentí contenta y pensé que de esa forma, no me dolería mi pierna más, pensé que me había curado. 

Esos 28 días se convirtieron en 45 días sin tener un atracón de comida, hasta que volvió a pasar, una preocupación me toco la puerta, y ahí salió mi cuerpo a defenderme y decirme: recuerdas que la comida te hace sentir bien? vamos a comer sin medida!, y volví  a cero, nada había válido la pena, el miedo que tenía, era real, y en el fondo, pensaba siempre pasaría lo mismo, porque durante esos 28 días lo había sentido ahí, dominándolo, pero no se había ido. Me sentí realmente triste, me decepcioné de mi misma, me dije, no has cambiado nada, nunca lo harás. Me lamento tratarme así, pero soy dura conmigo misma =(. Ese día lo di por perdido, empecé de nuevo, día 1, día 2, día 15 volví a fallar; empecé de nuevo, día 35, volví a fallar, contaba los días, así como vi una vez en una película, 456 días sin accidentes, hubiera querido llegar a ese número pero no, siempre pasa algo y fallo, claro que ya no es cada semana, ya no es 1 o 2 días a la semana, pero me pasa.

Pasaron varias cosas, comencé a leer más de la ansiedad, de los pensamientos, de las emociones, del cerebro, de todo lo que hay en el mundo acerca de ese tema, y todo eso, me hizo darme cuenta del problema de fondo, no era la comida grasosa, no era las preocupaciones, no era ninguna enfermedad. No lo entendí muy bien hasta una cita con mi psicóloga, ella ya me había explicado y lo había leído también, que el cuerpo reacciona ante una situación de estrés y recurre al camino más fácil, en mi caso era comer, por eso cada vez que tenía una preocupación, de forma inmediata pensaba en comida, no era yo realmente la quería comer, mi cuerpo buscaba eso para hacerme sentir bien, pero yo no podía luchar contra eso, porque ya había creado un hábito y los hábitos que tienen años y años de formados, no se van de la noche a la mañana. Cuando supe porque mi cuerpo reaccionaba así, se abrió mi mente, ahora sabía el verdadero problema, y sinceramente, ahí nació la idea de que mi cuerpo estaba en mi contra, porque hacía algo que yo no quería para "protegerme" pero ahora sé que yo le enseñe eso, que yo fui quien lo acostumbro a ese comportamiento, y que soy yo quien debe de cambiar ese patrón y enseñarle que no es el único camino.

Ahora lo entiendo. Mi cuerpo no es mi enemigo, así como recurre a la comida para hacerme sentir bien, también me mando ese dolor de pierna, para advertirme, para ayudarme, en el fondo el sabía que ese no era el camino correcto, se lo agradezco de verdad, porque sino hubiera sido por ese maldito dolor de pierna, nunca me hubiera dado cuenta de que lo estaba haciendo mal, que me estaba haciendo mal, si mi cuerpo no me hubiera mandado esa señal, seguiría teniendo atracones, pensando que no es algo de que preocuparse, pero gracias a mi cuerpo, una cosa llevo a otra, y otra a otra, y después de meses de esfuerzo y apertura, entendí que era lo que me estaba pasando, no lo he solucionado aún, pero creo que estoy más cerca, al menos ahora tengo la verdad de mi lado, y la voluntad, mucha voluntad, toda mi intención, de estar bien.

De vez en cuando vuelve el dolor, no cuando como mucho, a veces como de más y no me duele nada, porque no se trata de la cantidad que como, sino de las razones por las que como de más, por un almuerzo familiar en el que me siento feliz de comer, no me duele la pierna, pero si voy a comer a escondidas de forma desmedida, vuelve el dolor. Ahora ya no puedo comer mucho, porque mis nuevos hábitos de comer saludable, que empezaron por esa dieta y que se expandieron por mi curiosidad, han reducido mi capacidad de comer en exceso, pero algunas veces vuelve ese dolor, y yo le digo: Hola viejo amigo, te conozco de mucho tiempo, pero espero algún día no volverte a ver.
Hoy sé y entiendo que mi cuerpo no es mi enemigo, y la lucha interna que tengo no es contra él, es contra mis pensamientos negativos, y aunque sea difícil, creo que cada vez estoy más cerca, porque he fallado tantas veces, que cada vez tengo menos chances de fallar y más de atinar.

Gracias por leerme!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Elvia

Mirar adentro

Confusión