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Mostrando entradas de febrero, 2014

Las aventuras imaginarias de Luli

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Cuando era pequeña mi padre solía comprarme libritos de pensamientos con diferentes autores que tenían pensamientos idealistas y altruistas que buscaban el bien común. Mi padre, quien venía todos los domingos en la mañana, me pedía un resumen del libro que me había comprado y cuando lo terminaba de leer me llevaba por el centro de Lima a comprar otro libro, yo siempre prefería los de aventura.  Cuando leía imaginaba todo dentro de mi cabeza, los rostros de los personajes, los paisajes y hasta las voces, llevaba la imaginación a mi realidad y pensaba en los personajes como si fuesen mis amigos, analizaba como se habían   comportado en determinadas situaciones y me intrigaba saber que pasaría al final de la historia; en ocasiones leía las últimas páginas para saber el final de la historia. Me gustaba pensar que yo era como un espía dentro de la historia que formaba parte de ella pero que nadie sabía que estaba ahí, en ocasiones discutía conmigo misma las posibles reacciones de los pe

Mi hermano

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Puedo escucharlo desde mi habitación, esta echado en la puerta y casi puedo sincronizar mi respiración con la suya. Estoy casi dormida pero pienso en que soy muy afortunada en tener un hermano, pienso que es lo más cercana que he tenido a uno verdadero, y probablemente sea mejor a tener uno de verdad. Él me quiere y yo lo quiero mucho, no sé qué tanto sea cierto de que los animales no sienten, pero lo que sí sé, es que no puede haber nada negativo en mi hermano. Lo veo dormido y se ve tan indefenso, es tan tierno, hasta puedo saber que esta soñando por los sonidos que hace -me da risa- me pregunto qué pasará por esa cabeza. Suele jugar solo, yendo de un lugar a otro,  se emociona como si estuviera jugando con alguien más, también se queda en la casa solo y camina de un lado a otro o sino, la pasa echado en el mueble de tres espacios. Cuando hay alguien en la casa, siempre le gusta estar al lado o estirar su cuerpo de forma que se puede apreciar lo grande que es, echado con la

No me juzgues desde tu sillón

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Me miras de lejos de arriba a abajo una y otra vez, con lentes de lunas gruesas sentada en un sillón, mi pasado y yo estamos expuesto ante ti y tú solo atinas a murmurar todos los errores que he cometido, aquellos errores de los que no me arrepiento y que puedo defender porque sé que es por ellos que ahora soy como soy. Soy mis vivencias, todo lo que he vivido es el resultado de la persona que soy, no necesito que me juzgues y me critiques, porque no habrá juez más inquisidor que mi propia conciencia, tal vez resulte más sencillo emitir una veredicto desde tu posición sin saber los por qué, pero soy yo quien ha escrito la historia de mi vida y nunca quise poner un narrador omnisciente en tercera persona y menos aún, que ese narrador seas tú. Quizás creas ser la dueña de la verdad y quizás tu apariencia perfecta te dé la autoridad de determinar lo bueno y malo, pero no creas que no se discernir entre ambos -lo sé- ahora lo sé y si te tengo que explicar las razones de mis equ